José María García gana la carrera de ciclismo de carretera de 308 kilómetros del Soplao, en la categoría de 55 a 65 años, finalizando undécimo la general.

José María en ascensión a uno de los puertos.

Para José María García, uno de los participantes más veteranos en la carrera clásica de 315 kilómetros de El Soplao, de ciclismo en carretera, "ha sido una gran satisfacción llegar a línea de meta". Siente un orgullo personal haber terminado la carrera a sus casi 62 años, pero también reconoce que sentía miedo de no conseguir este objetivo, porque somos deportistas aficionados que robamos tiempo libre a nuestro trabajo y dedicación a nuestras familias.

Chema entró a la línea de meta ganando su categoría, terminando undécimo la general de esta gran carrera de 308 kilómetros. "Me entraron dudas antes y en carrera; porque, aunque me encontraba bien y había entrenado a conciencia, escuchaba a compañeros mucho más jóvenes decir que se retiraban porque la carrera era un infierno".

El hostelero reinosano, que regenta el Bar Los Tilos, de Reinosa, ha participado en varias ediciones del Soplao de BTT y de bicicleta de carretera, quedando siempre en puestos muy buenos, e incluso, el primero de mi categoría en esta primera edición de la carrera larga. 

Se lamenta García, que no se nos nombrara por megafonía a los participantes de 300 kilómetros cuando íbamos llegando a línea de meta, "parecía que éramos corredores que entrábamos rezagados en la carrera clásica". Debiera la organización replantear este detalle para el próximo año, dando más mérito a los competidores que participan en la carrera larga.

Excepto esa pega, para José María todo lo demás son agradecimientos y elogios hacia las cientos de personas de la organización, pero de forma muy especial, "quiero dar las gracias a ese equipo humano que estaba en el puerto de Palombera siguiendo la carrera, que tuvieron que sufrir y pasar mucho frío porque hacía malísimo". 

"Nos atendieron a todos los participantes supongo, con un cariño increíble, arropándonos, nos daban la comida en la boca, ha sido una autentica pasada de buena gente, me gustaría invitarles a unas cañas y darles las gracias en persona". 

También estuvimos bien atendidos en todo el puerto, añade el ciclista amateur: "por médicos, motos, incluso me animaban los guardias de tráfico y el propio presidente Chuchi, que desde el BMV me dio agua y apoyo moral". 

Excepcional para García el apoyo de comida, bebida y ropa de dos veteranas en los distintos Soplaos; un millón de gracias a Erika y Vanesa, y también agradecido a familia y amigos en la llegada a Reinosa y Espinilla, destacando "el apoyo psicológico que me dieron en momentos tan decisivos como fue el regreso por el puerto de Palombera con la intensa niebla, frío, lluvia y viento de cara, mil gracias a Fontaneda, Juanrra y Basilio". 

Lo peculiar de esta competición única en España, es que al resultado de la actuación personal de este deportista, es que hay que sumar el quinto puesto alcanzado por su hijo Jairo. "Ambos hemos quedamos muy satisfechos por el reto conseguido". 

Jairo y Chema, padre e hijo, 5º y undécimo.

José María García cubrió la distancia en 11 horas y 17 minutos. El secreto de la que puede ser la carrera de su vida, ha sido vivir una vida plena y deportiva, cuidando su alimentación y entrenamientos. Chema es entrenador de ciclistas amateur, "habiendo llegado algunos al profesionalismo", dice. Cuenta que el secreto de esta carrera es "haber sabido entrenarme".

El deportista ha entrenado la carrera a conciencia, de hecho al día de hoy, lleva recorridos casi 10.000 kilómetros, y eso que el invierno en tierras campurrianas ha sido muy duro.

"Para poder entrenar cuando había nieve en nuestras carreteras, me desplazaba a Corrales de Buelna ó Aguilar de Campoo: Como anécdotas he llegado a subir siete veces el puerto de Palombera, o recorrido nueve veces el circuito del embalse de Aguilar", sentencia. Sin entrenamiento no hubiese terminado la carrera.